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José Martí

Rebajar el Himno regional

Se equivocan usándolo de forma partidista, apropiándoselo como suyo. Consiguen el efecto contrario.


Un amigo me alertó y no me lo podía creer. Me aseguró que, desde esta temporada, el equipo vecino de la ciudad ha implantado la costumbre de hacer sonar por megafonía el himno oficial de la Comunitat Valenciana cuando salta al campo. Y sí, es cierto. Esta entidad privada se ha apropiado -como si fuera suya, sin ningún miramiento y total impunidad- de la extraordinaria composición del maestro Serrano que, desde más de un siglo, representa con orgullo a todos los alicantinos, castellonenses y valencianos.


No parece muy acertado el uso partidista de una seña de identidad de todos los valencianos. Es una irresponsabilidad que, a la larga, solo puede provocar rechazo hacia el himno de aquellos que no son valencianistas o, por lo que sea, no les cae bien ese club. Un modo de provocar desafección hacia el himno y que, por asociación de ideas, se limite su uso en Alicante o Castellón. Incluso, si me apuran, una manera torpe de excluir a todos aquellos aficionados chotos que son de Oviedo o Tarragona y sienten como suyo el “Asturias Patria querida” o “Els segadors”. No era necesario.


Cada equipo de fútbol hace sonar su propio himno que le representa como entidad ¿por qué estos ya no? ¿qué ha sido de aquél en el que decían que eran “el millor” o algo así, el Amunt València? ¿ya no les gusta? ¿no hicieron una cancioncita por su centenario? ¿no desfilaba una banda de música por su césped? ¿necesitan manosear lo común y lo que nos une a todos para sentirse mejor? ¿o, si me apuran, por qué no vuelve a sonar como antaño el pasadoble Valencia?


Cada equipo de fútbol hace sonar su propio himno que le representa como entidad, ¿por qué estos ya no? Estamos ante una irresponsabilidad y un modo de exclusión

Supongo que la decisión atropellada obedece al desesperado intento de la propiedad extranjera por ganar puntos asimilándose a esta tierra. Pero se equivocan de cabo a rabo. Consiguen el efecto contrario. Empequeñecen y rebajan el himno. Ya puestos, igual la siguiente ocurrencia de estos guiris es bordar su escudo en el Penó de la Conquesta de 1238, incluirlo en el de la Generalitat o proponer elevar ese club privado a la categoría de institución digna de ser recogida en el Estatut d’Autonomía como seña de identidad propia del pueblo valenciano, pese a su titularidad asiática.


Sé que a la mayoría de aficionados blanquinegros este asunto les parece algo menor, una nimiedad, y lo ven hasta absurdo porque, en su lógica cerrada, consideran que su equipo es el más representativo y numeroso de la Comunitat Valenciana. Según esto, debería sonar el himno de España cada vez que saltara el Madrid al césped del Bernabéu, y así, quienes no somos sus seguidores terminaríamos despreciándolo y asociando el himno nacional a Florentino Pérez. Seamos sensatos. Ruego a alguna mente lúcida del valencianismo (no es un oxímoron) que haga recapacitar al asesor iluminado de turno, con un pie aquí y otro allá, que haya tomado esta decisión y la modifique.


Hágannos el favor a todos los valencianos, alicantinos y castellonenses, y que alguien sensato de la acera de enfrente se lo explique a Layhoon. O al bueno de Peter. O a quien corresponda. O no.



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