El Levante ha sabido estar a la altura. Los granotas hoy más que nunca nos sentimos orgullosos de nuestro club.
No se puede jugar a fútbol. Mentalmente la gente sigue sin estar. No hay ganas y no sabemos cuándo volverán. No es momento de cantar goles. Por eso todos vemos conveniente y oportuno los aplazamientos de jornada de nuestros equipos. Un receso obligado hasta ir asimilando el shock de la tragedia que nos toca a todos de una u otra manera. Tampoco el sábado 16 frente a otro equipo de la tierra, el Elche, debería jugarse en el Ciutat. Demasiado prematuro.
No se puede volver a una normalidad como si nada. Debemos pasar las distintas fases del duelo, hasta que vuelva la ilusión por retomar la competición. Todo está muy reciente y ahí seguimos.
En estas circunstancias, a nivel personal, podemos elegir entre el bombardeo mediático que amenaza la convivencia, la barbarie digital de insultos, la manipulación maligna que busca el caos y la búsqueda a toda costa de culpables desde la emoción, al margen del raciocinio, revolcados en la ciénaga; o elegir la solidaridad de tanta gente buena, arrimando el hombro para contribuir al bien común, buscando soluciones, tratando de ayudar al que lo necesita de manera desinteresada para salir adelante. Nosotros nos quedamos con lo segundo. Optamos por construir, no destruir. Allá cada uno.
Lo decía Danvila: “el conjunto de todo lo que rodea el club ha reaccionado de manera natural acorde con la dimensión de la tragedia”
En este contexto, el Levante ha actuado de manera ejemplar desde el primer momento. Una entidad histórica valenciana ha sabido responder con reflejos a la catástrofe y estar a la altura del momento. Lo explicaba José Danvila en una entrevista en Onda Cero con Eduardo Esteve: “el conjunto de todo lo que rodea el club ha reaccionado de manera natural acorde con la dimensión de la tragedia”. Una catástrofe que también ha golpeado directamente a decenas de socios granotas. No olvidemos que esta temporada, según escribía recientemente el enciclopédico García Nieves en Levante-EMV, solo en Paiporta hay 147 abonados o en Catarroja 105.
Los granotas nos sentimos orgullosos de nuestro club. En los momentos difíciles es cuando se ve la calidad y valía de las personas, organizaciones y empresas. Y el Levante está sabiendo responder ante el partido más difícil de la historia de nuestra Comunitat. Esto es el auténtico Orgull Granota: cientos de voluntarios y empleados colaborando en las tareas solidarias para la organización y distribución de todo el material con el que tratar de mitigar los efectos devastadores de esta terrible catástrofe. También se han sumado otros equipos como Atleti, Osasuna…
Como dice el presidente Pablo Sánchez, “juntos saldremos”. Pero por ahora seguimos a nivel competitivo en fuera de juego hasta nuevo aviso, aunque, en realidad, desconocemos si volverá la normalidad en algún momento. Casi imposible. O no.
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