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Optimistas pese a todo

  • José Martí
  • hace 2 días
  • 3 Min. de lectura

Aunque muchos andemos con la mosca detrás de la oreja, nos seguimos aferrando al calerismo, al "todo va a salir bien"


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Muchos granotas sentimos cierto sentimiento de engaño por cómo se viene desarrollando la deriva económica y societaria del club. Y, aun así, somos optimistas.


Pese a que el Levante UD esté intervenido de hecho.


Pese a que el club decano del fútbol valenciano vaya a quedar en manos de un solo propietario en una operación histórica para la entidad.


Pese al lamentable papel de la Fundación durante años por su dejación de funciones en su obligada labor de control del club.


A pesar de todo, somos optimistas.


No entendemos de números. Es lo que tiene ser de letras. Somos fáciles de engañar a poco que nos engatusen contándonos cuatro cifras que cuadren y diversas operaciones con garantía de éxito en el futuro. Pero sí que tenemos intuición (será la edad, seguro). Por eso andamos con la mosca detrás de la oreja. Y por mucho que queramos espantarla con las manos - ¡quita mosca! - continúa revoloteando a nuestro alrededor.


En abril escuchamos en boca del consejero delegado: “nunca tendré mayoría accionarial, el Levante es de la gente”, pero apenas seis meses más tarde se hará con el 70% de las acciones; “no cobraré ni un euro en intereses” de los casi 30 millones de euros prestados, y ahora los permuta por acciones. Decir una cosa y hacer otra. Algunos de los temas que ahora salen a la luz se ocultaron en la última junta de accionistas de abril donde se aseguró que el escenario económico se despejaba con el ascenso a Primera (hecho), con la venta de jugadores (hecho), con el “aprovechamiento urbanístico” del Ciutat (hecho), con un plan de pagos realista (hecho)… pero ahora parece que no. Que seguimos igual o peor. ¿Hizo mal las cuentas por entonces o solo nos dijo lo que consideraba según sus intereses en aquel momento? No lo sabemos. ¡Quita mosca! Vamos a ciegas. Como nos ocurrió con su locuaz predecesor.

"El levantinismo social debería tener al menos voz para intentar evitar situaciones a largo plazo similares a lo sucedido con nuestros vecinos, hoy singapureños"

La capitalización del club por la elevada deuda es la única salida, inevitable. Solo queda volver a creernos la nueva historia de Jose Danvila en su papel de víctima salvadora que “entierra” quince millones de euros, “forzado” a quedarse con el 70% y “obligado” a estar al frente de la entidad una década como mínimo. Lo cierto es que el Levante UD está en sus manos. Libre para hacer y deshacer a su antojo.   


Danvila está salvando al club de una situación crítica. Se juega su dinero. Vale, lo que quieran. Pero no estaría de más, vista su endeble credibilidad - ¡quita mosca! - , que se estableciese alguna fórmula como garantía de futuro para que hubiera representatividad del aficionado una vez perdida la mayoría accionarial. Que el levantinismo social tuviera al menos voz para intentar evitar situaciones a largo plazo similares a lo sucedido con nuestros vecinos, hoy singapureños. Una entidad más transparente.


Todos deseamos que la operación salga bien. Por eso somos optimistas. Y el primer paso es vencer el domingo al Rayo porque, en el fondo, el éxito del plan depende del éxito deportivo. O no.



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