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O puja el gat o cau la palmera

  • José Martí
  • 22 may
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 23 may

Solo queda culminar el trabajo de la temporada y rematar el ascenso en Burgos haciendo oídos sordos a los agoreros.


La semana se nos está haciendo muy larga a los granotas. Según si hablas con unos u otros terminas convencido del ascenso directo este domingo en Burgos o con serias dudas, pese a estar en la posición ideal para lograrlo.


Están los que se hundieron el lunes con el triunfo en el noventa del Mirandés. “Es una premonición”, dijeron agachando la cabeza porque ven a los de Lisci como el rival más duro. Son los “agoreros” de Calero. Los pesimistas. Los que aseguran que el Burgos nos marcará en el 92. Esos que se enfadan si pronunciamos la palabra “ascenso”, lagarto-lagarto. “¿No te acuerdas de lo del Alavés, o qué?”.


Luego están los optimistas que confían en que, a poco que hagamos, subiremos seguro porque Elche y Mirandés pinchan en alguno de sus choques. “Ojo que juegan contra el Almería”. Son los del “O puja el gat o cau la palmera”. Los entusiastas que te dicen que ya estamos en Primera.


Y luego está la inmensa mayoría que sabemos que lo difícil ya está hecho y que, cuesta abajo, solo hay que acabar de rematar el trabajo hecho. Ya hemos superado los grandes obstáculos y mucho se tendrían que torcer las cosas para pinchar en los dos partidos.


Lo que está claro es que todos, unos y otros, andamos con la calculadora consultando las dos jornadas de los rivales ajenos.

"Está siendo una semana larga, pero también mágica con la ilusión del ascenso"

Semana larga, cierto, pero también semana mágica. El del domingo (este o el siguiente) puede ser el sexto ascenso a la máxima categoría del fútbol español. Y la previa a un ascenso siempre es lo mejor porque, como dijo Aristóteles, “la esperanza es un sueño despierto”. Estuvimos en los cuatro últimos y ahora nadie se lo quiere perder.


Para quienes peinamos canas resulta conmovedor el entusiasmo de cientos de granotas por acudir a Burgos, un domingo por la tarde, con seis horas de viaje por delante y una ilusión desbordada. Las entradas de El Plantío han volado.


“Estic aborronat”, me comentó un veterano granota el miércoles. “No em digues res que plore” me dijo al comentarle las piruetas del plan de viaje de mis hijos acudiendo desde diversos puntos de España para ver al equipo de su alma. Se emociona, como nosotros, al contemplar el ímpetu de tantos jóvenes que sienten el levantinismo muy dentro, como algo propio que les marca profundamente.


Además, nos alegra que Julián Calero, todo-va-salir-bien, pase a formar parte de nuestra historia gloriosa como lo hicieron en su día Manolo Preciado, Mané, Luis García Plaza o Juan Ramón López Muñiz.


¿Por qué has citado el “ascenso” en el artículo? Me recriminarán los tristes supersticiosos. Porque vamos a subir. Seguro. Si no en tierras castellanas, en el Ciutat. Sin duda. A la tercera va la vencida. Sí.


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