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  • José Martí

Julio

El mes transcurre con la normalidad del calor abrasador y las noticias granotas típicas de la pretemporada, más allá de la intensa actividad institucional de las diferentes candidaturas.


Me han dicho que esta semana va a hacer calor. No es que sea una novedad, pero vivimos en un rincón en el que el clima es determinante… aunque este sol abrasador sea lo corriente en Julio (no sufran que no caeré en un chiste fácil en plan meme del cantante). Todo fluye con la normalidad habitual a estas alturas de mes. También en el entorno granota. La pretemporada se ha iniciado con las incertidumbres propias del momento y con la búsqueda desesperada de sombras que nos cobijen ante lo que se nos viene encima.

Por un lado está lo ordinario: las salidas no salen y las entradas lo hacen con la lógica de no tener todavía un hombre-gol que alimente nuestras esperanzas. Además, andan desmontando las hamburgueserías del césped para llegar a tiempo con los brotes verdes y han lanzado las camisetas chachi-pirulis nuevas para hacer caja, siempre a disposición del público por un “módico” precio. Vamos, lo normal en julio.


Luego está la certidumbre de la respuesta masiva de los aficionados, superando la barrera de los quince mil abonados, que contrasta con la quemazón de su situación económica e institucional. Una afición fiel y ejemplar, con muchos jóvenes sumados a la causa, al margen de la categoría que limite, da paz y sombra al club. Su mejor aval.


También vemos con optimismo la confección de la plantilla. Felipe Miñambres, pese a algunas voces discordantes, está construyendo un bloque equilibrado, sin aristas, desde la sensatez y la solidez. Con gente experimentada en la categoría, currantes con hambre de triunfar y huyendo de figurines. Además, poco a poco se va quitando lastre con las salidas a cuentagotas. Como Rober Pier, un buen central experimentado, con 182 partidos jugados como granota, pero a quien le persigue la sombra del gafe inevitable por sus esporádicos errores de bulto que le han venido convirtiendo en centro de las iras. No lo echaremos de menos.


Vemos con optimismo la confección de la plantilla: bloque equilibrado, sin aristas, desde la sensatez, con gente experimentada en la categoría, currantes con hambre de triunfar y huyendo de figurines. Sigue faltando el hombre-gol.

Imagínense si nos afecta el calor que hasta nos estamos ilusionando con las perspectivas del equipo como candidato al ascenso directo. Seremos 22 equipos y, como dijo Adenauer, “todos vivimos bajo el mismo cielo, pero ninguno tiene el mismo horizonte”. En el nuestro, pese a que se quiera lanzar otro mensaje para no generar expectativas ni presiones innecesarias a la plantilla, solo se divisa el ascenso.


Cuestión aparte es el plano institucional con tres propuestas para sacar adelante la sociedad anónima. Por ahí también seguimos avanzando y conociendo poco a poco cada una, aunque lanzar ultimátums amenazantes no pensamos que sean maneras ni modos de entrar con buen pie… y menos si viene apadrinado por el actual gestor.


Por si todo esto no fuera suficientemente asfixiante, para caldear el ambiente, siempre tenemos a nuestros queridos vecinos quienes, en vista de la repercusión de lo de Garcia Vayá, ahora también se interesan por el regreso a la ciudad de Enis Bardhi, aunque solo sea por hacer la puñeta. Tórrido. Comprenderán que el repelente antimosquitos es obligatorio. O no.

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