Equipo en construcción
- José Martí
- hace 16 minutos
- 3 Min. de lectura
Sensaciones aparte, la realidad marca cero de seis... aunque hayamos caído en el descuento.

Poco tendrá que ver el once granota de las tres primeras jornadas ligueras con el que alinee Calero en octubre o noviembre. Este Levante es un equipo en construcción, en fase de crecimiento, con muchos roles por decidir y con determinadas posiciones por reforzar… o debilitar.
A las dificultades económicas para fichar, que obliga a esperar a los últimos días del mercado para cerrar la plantilla, se une la mala fortuna con las lesiones de los recién llegados (Arriaga, Olasagasti, Koyalipou, Matturro…) y los crecientes rumores sobre la posible marcha de Carlos Álvarez al Benfica, con una tentadora oferta millonaria para una entidad con la caja vacía que padece urgencias de pago.
Crucemos los dedos porque el eje del equipo gira sobre el pequeño genio sevillano. Su marcha supondría un roto importante en lo deportivo. Es el futbolista determinante, capaz de marcar las diferencias con el rival. Que se lo pregunten a Eder Sarabia, técnico ilicitano, que todavía anda preguntándose cómo pudo perder en el Martínez Valero 1-3 el curso pasado. Además, golpearía duramente las esperanzas de la afición que ve en el héroe del ascenso al líder del Levante, capaz de las mayores genialidades para desatascar cualquier situación. “El mago del fútbol mundial”, lo describe Carlos Ayats en cada retransmisión sin apenas caer en la exageración. Casi nada.
Sea como fuere, es evidente que hasta el regreso del primer parón liguero (jornada 4, sábado 13 septiembre, frente al Betis) no empezaremos a atisbar las verdaderas posibilidades de este equipo.
Hemos vuelto a comprobar cómo el periodismo nacional ignora (cuando no desprecia) a los minoritarios.
Aunque todavía tengamos cero puntos en la clasificación, nos podría servir de cierto consuelo haber caído in extremis en los dos primeros partidos. En el minuto 91. Pero no. Solo consigue inquietarnos más. La imagen en Vitoria fue pobre en contraste con el gran encuentro frente a los de Hansi Flick.
En realidad, es más fácil enfrentarse a los equipos grandes (Barça, R. Madrid, Atleti…), que cargan con el peso del partido, que frente a los rivales de tu liga (Alavés, Oviedo, Girona, Valencia, etc…). Poco que perder y mucho que ganar. Lo malo de estos partidos -contra el monopolio BarçaMadrid- es la presión arbitral, hasta el punto de hartarnos con las polémicas artificiales en los medios ante cualquier decisión, tratándonos como si fuéramos tontos. ¿Ves este penalti? Te puedo ayudar a que no lo veas. El periodismo nacional trata de escribir lo que la gente quiere leer o decir lo que el personal quiere escuchar, ignorando (cuando no despreciando) a los minoritarios. Lo vimos con el penalti del sábado pasado. En cualquier caso, lo de caer en el tiempo de descuento con gol en propia puerta frente al Barcelona es en sí una victoria… si uno sabe conformarse. Triste consuelo del que solo cabe pasar página y regodearse con la gran imagen ofrecida por el Ciutat en su regreso a Primera.
Ahora toca visitar Elche, donde todavía recuerdan con dolor nuestro último enfrentamiento. Empezar a sumar puntos ayudaría mucho para cimentar la definitiva construcción del equipo. O no.
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