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Venirse arriba

  • José Martí
  • 10 oct
  • 2 Min. de lectura

Con la bonanza deportiva los granotas andamos creciditos.



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Los granotas nos estamos viniendo arriba. Quizás motivados por detalles como que Calero ha apostado por un equipo atacante, que Carlos Álvarez ha recuperado su forma física y marca diferencias también en Primera, o que contamos con dos jugadores en el top diez de goleadores de la Liga.


Dispara el optimismo que los fichajes estén funcionando (solo cuatro jugadores del once inicial en Oviedo militaban el curso pasado). Lo dijimos desde el primer momento. La alineación de agosto poco tendría que ver con la actual de octubre. Y vaya si se ha notado.


"Hay que mantener los pies en la tierra. Faltan 32 puntos para la salvación. Eso es lo importante y el objetivo… actual"

Por si fuera poco, ya vemos a nuestros vecinos por el retrovisor o -detalle ilustrativo- en este parón de selecciones hay más internacionales en Orriols que en Mestalla. Como ven, nos venimos arriba con poco. Pero hay que mantener los pies en la tierra. Faltan 32 puntos para la salvación. Eso es lo importante y el objetivo… actual.  


También el futuro propietario mayoritario del club, actual CEO, se ha venido arriba aprovechando la bonanza. Ha explicado a la prensa el plan de restructuración que no presentó en la junta de accionistas del pasado mes de abril, pese a que ahora nos dice que lo tenía listo desde marzo. Ha convocado una nueva junta para el día 21. Ahí tendrá ocasión de desarrollarlo y aclarar unos números contradictorios.


Danvila se va a convertir en accionista mayoritario gracias a un pacto con uno de los deudores, en una operación que -perdónenme la comparación- rezuma cierto aire de trilerismo. Es inevitable cierto temor en el entorno granota a que esa acumulación del 70% de las acciones en una sola persona provoque en el futuro una entidad más opaca y con menor transparencia, con exceso de personalismo.


Sí, lo que quieran, pero nadie arriesga su dinero más que José Danvila.  


Esto es como lo de Fede Valverde. Al uruguayo no le gusta jugar ahí y lo dice, aunque luego añade un “pero” clave. Casi siempre hay un “pero”. No he nacido para jugar de lateral, "pero" si el entrenador quiere, jugaré de lateral. Así es la vida. A menudo toca vivir en la adversativa. Lo ideal es una cosa y la realidad viable otra. Por ejemplo: no me gusta exterminar ratas, "pero" me gusta menos vivir con ratas. Un mal menor. Otro: a José Luis, A.J Morales, no le gusta calentar banquillo, "pero" está demasiado mayor para trotar por el pasto y le ha llegado su hora de retirarse. Por fin empieza a percatarse… bueno, igual nos hemos venido un poco arriba. O no.

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