La ilusión de la pretemporada

Quedan quince días para que todo comience y el optimismo invade al entorno granota.

La pretemporada progresa adecuadamente en espera del debut en Vitoria y cerrar la composición definitiva de la plantilla. Se respira el optimismo y alegría propias de la inercia del ascenso.

El primer equipo ha visitado el amuleto de Teruel (garantía de éxito) y Héctor Rodas (con José Gila), pese a su inexperiencia, se ha revelado como un excelente secretario técnico con sobrada preparación y mucho trabajo efectivo en la sombra. Ha evitado negociaciones interminables, ha atendido con creces las peticiones del entrenador, también involucrado en las operaciones, y ha cumplido con pulcritud la regla de las tres B en los -por el momento- ocho fichajes granotas: bueno, bonito y barato.

Calero está contento y satisfecho con los refuerzos. Su tranquilidad es la nuestra, si bien es cierto que todavía no ha habido rivales de similar nivel. Ya ha advertido que no va a variar su esquema de juego. Aviso a navegantes.

La prioridad en los fichajes ha sido reforzar la línea defensiva. La calereta.

Los partidos de pretemporada nos han mostrado un esquema reconocible, con tres centrales, Elguezabal como eje y Oriol pivote defensivo. No esperemos florituras ni “jogo bonito”. Fuertes atrás, con experiencia y veteranía para mantener la portería a cero. De hecho, la prioridad en los fichajes ha sido reforzar la línea defensiva. Mucho músculo, altura, velocidad y fuerza atrás. La calereta.

Ahora falta determinar las salidas y alguna llegada de última hora (dos más). No hace falta ser un fino analista para adivinar por dónde van los tiros. Conocemos la efebo-fobia innata de Julián Calero que, entre otras, ha provocado la huida de Marcos Navarro al filial del vecino. Su diagnóstico es de manual. “Además de alopécico es usted efebófico”, le diría el doctor al comprobar la evidencia de sus síntomas. Los jóvenes meritorios que aún continúan dentro de la plantilla esta pretemporada, por mucho que hayan hecho méritos, terminarán saliendo cedidos.

Con este míster, experimentos los justos. Además, a estas alturas sería lo más recomendable para que puedan disfrutar de minutos y crecer como futbolistas. Incluso Carlos Espí, por mucho que nos duela, debería salir. Si ya tuvo pocos minutos en Segunda pese a su rendimiento, en Primera -con Calero- aun jugará menos. La llegada de Koyalipou reduce opciones. El centroafricano cubre ese perfil de jugador grande de área, potente en el juego aéreo.

También esperamos la próxima llegada de un portero veterano. Calero no se fía de los jóvenes, por muy internacional sub-21 que sea Pablo Campos.  

La cuenta atrás ha empezado. Disfrutemos mientras podamos. Tiempo tendremos para chocarnos de bruces contra la cruda realidad de la máxima competición. O no.