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Alejandro M.V

El Levante se queda a cero en Ponferrada

Pese al intento de Calleja de revolucionar el partido con la entrada en el descanso de Montiel y Muñoz, los cambios siguen restando en este Levante


Un punto y gracias. El Levante UD firmó en El Toralín una de sus versiones más tímidas de la temporada: planos y sin dominio ni peligro. Dos tibios tiros a puerta fueron la principal amenaza de un equipo que recordó al Levante de Nafti en partidos fuera de casa como Oviedo, Burgos o Zaragoza.


La lesión de Vezo, que provocó jugar con uno menos los últimos 15 minutos, simplemente fue el parche de un mal partido del Levante UD, que por lo que menos permitió seguir sumando y mantener la distancia respecto a Las Palmas.


Y es que, al contrario que en otros encuentros grises, el Levante no dio la sensación en Ponferrada de que quisiera llevarse el partido: sin disparos lejanos, ni centros peligrosos, parecía que la única opción de sumar de 3 fuera a través de un error del rival o de un penalti fortuito.

De nuevo, los cambios restan

Pese al intento de Calleja de revolucionar el partido con la entrada en el descanso de Montiel y Muñoz, los cambios siguen restando en este Levante. El equipo solo cuenta con 16 posibles titulares y las lesiones de varios de ellos provocan que la entrada de “revulsivos” como Cantero, Musonda o Wesley, desentonen todavía más. El cambio de Pepelu terminó por romper definitivamente a un Levante, que hasta ese momento controló el ritmo del partido.


Es una realidad que el fondo de armario de este equipo es limitado y que los suplentes no son capaces de desatascar los partidos. Más todavía si los sustituidos son los dos jugadores más peligrosos del Levante: De Frutos y Bouldini.


En partidos como el de Ponferrada se echa especialmente de menos la frescura de Roger Brugué. Sin embargo, este tipo de puntos son los que permiten acabar firmando el ascenso. Próxima parada: Lugo. Y solo vale la victoria.

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