Siempre apostaríamos por un derbi de la ciudad en Primera antes que desear el mal ajeno a nuestros vecinos futbolísticos. O no.
Los niños hacen preguntas absurdas en plan qué preferirías ¿poder volar o ser invisible? ¿solo poder gatear a cuatro patas o caminar hacia atrás? En esa categoría englobamos la pregunta que nos hacen a muchos granotas en estos días: qué preferirías ¿que subiera el líder Levante o que bajara el actual colista de la Liga EA o como se llame? Nuestra respuesta, también irracional, se basa en cuestionar el axioma: ¿por qué hay que elegir? Visto lo visto podrían conjugarse ambas. O ninguna.
Tampoco es tan descabellado pensarlo, aunque para algunos en esta ciudad pudiera resultar el fin del mundo. Esos que están todo el día dando la paliza con Peter Lim deberían comprender que no pasaría nada si bajan o desaparecen. Con perdón. Por muy dramático que les pueda sonar, el mundo seguiría girando igual. Que nos lo pregunten a los granotas.
En el apartado de preguntas absurdas, recuerdo una lanzada a un vecino de la calle la Reina: ¿es más fácil ser levantinista en la Plaza del Ayuntamiento o valencianista en El Cabanyal? Se quedó mudo. “No sé cómo es ser choto en el Cabanyal… no me junto con ese tipo de gente”.
"La cesión del comandante, similar a la de Dani Gómez, sería una magnífica muestra de germanor. Se entendería a la perfección con Pepelu"
Bromas aparte, nada más alejado de nuestros deseos que el mal ajeno en forma de descenso. Para demostrar nuestras buenas intenciones y germanor, al igual que ya estuvimos dispuestos a debilitar nuestro mermado ataque con la cesión estival del gran Dani Gómez para reforzar su delantera, proponemos ahora, de cara al mercado invernal y en vista de las dificultades de los blanquinegros para marcar gol, la cesión más pronto que tarde de José Luis Morales al club vecino. Solo hasta junio, para asegurar su salvación con todo un comandante entre sus filas. Incluso con posible opción de compra. Sería la guinda del pastel a su carrera.
Un jugador maduro, en plenitud de facultades, que se entendería a la perfección con Pepelu. Dado su currículum, nadie en Orriols se lo tomaría como una traición. Qué va. Al contrario. Resultaría coherente con su trayectoria. Tampoco a él le importaría mucho, la verdad. No le costaría nada justificarlo. La fuerza de la costumbre. Pese a la tremenda pérdida, la grada lo entendería. Y Julián Calero se quitaría un grano en el culo del vestuario. Con perdón de nuevo. Todo son ventajas. “Win-win”, como dicen los ingleses.
En el fondo preferimos que haya derbi de la ciudad, aunque algunos siempre negarán su existencia (del derbi, me refiero). Anhelamos que ambos equipos coincidan en la misma categoría y, ya puestos, mejor en Primera que en Segunda, por muy hiperemocionante que pudiera resultar. O no.
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