Iborra continúa

No es verdad que se vaya. En realidad, en sus casi dos décadas como futbolista profesional, nunca se fue del todo.

No es cierto que Iborra se marche o haya dejado su Levante. Los granotas sabemos que va a seguir ahí, dentro, en el banquillo, en el vestuario, empujando al equipo. Solo ha colgado las botas con una despedida ejemplar. Va a continuar pegado a Calero para formarse como entrenador y transmitir el gen granota a cada jugador, en cada entrenamiento, en cada partido, desde el primer minuto de una pretemporada que ya empieza. El 7 de julio, San Fermín. Riau, Riau.

Iborra ha sido un tipo profesional, trabajador, íntegro y honrado. En las buenas y en las malas. Ha dejado su impronta de capitán por los equipos por donde ha ido. Un jugador que siempre ha sumado. Discreto, pero líder. De esos jugadores sin afán de protagonismo, siempre preparados para la batalla y tirar del carro. Los que se vienen arriba en la adversidad. Los que se meten en un edificio en llamas por orden del entrenador y logran salir de ahí con un bebe, el perro del vecino y con un título debajo del brazo. Y luego continúan como si nada.   

Vicente Iborra continuará siendo aclamado por la grada del Ciutat. Lo vamos a seguir viendo en cada partido.

Una persona generosa, que une, de los que hace vestuario, capaz de echar una mano a quien lo necesite. Dispuesto a tapar los errores y fallos de sus compañeros en el campo… y fuera de él, como en el balcón del Ayuntamiento, cuando le tuvo que arrebatar el micro a Morales tras sus desafortunadas palabras aludiendo a su propia condición roedora para arreglarlo con otro cántico sustitutivo, más provechoso y positivo: “es de los nuestros”.

Iborra es el Levante y el Levante es Iborra. En su emocionada despedida describió perfectamente lo que es nuestro club, lo que es la vida. “En sus 116 años de historia, al Levante lo hemos visto crecer, ilusionarse, caer y volver a levantarse… El Levante y la vida es muy similar. Nada es fácil, unos días reirás y otros llorarás”.

Ahora se retira como jugador por la puerta grande, entre lágrimas emocionadas. Se echa a un lado habiendo logrado un ascenso con el que deja al club de su vida en lo más alto, en Primera, tras una larga trayectoria deportiva repleta de éxitos.

Vicente Iborra continuará siendo aclamado por la grada del Ciutat. Lo vamos a seguir viendo en cada partido. Es uno de los más grandes. Se ha convertido en leyenda, en un icono histórico del club. Como lo fueron Agustín Dolz, Gaspar Rubio, Calpe, Juanfran o Ballesteros. Sí.