Dicen que recordar es detenerse, tomar conciencia de la existencia.
No soy un especialista en nada, salvo el hecho de no ser, en nada, especialista. Bueno, quizás podría ser experto en tener escasa memoria. Y aun así…
Recuerdo cuando el Ciutat de València era un fortín donde era muy difícil que el equipo visitante se llevara los tres puntos;
Recuerdo cuando no debíamos desplazarnos fuera de casa para ver al Levante jugar bien;
Recuerdo cuando los jugadores formaban un bloque unido donde todos iban a una, con una idea de juego clara y con un equipo bien trabajado;
Recuerdo cuando el Levante contaba con un entrenador en el banquillo que apretaba a los jugadores y les preparaba para el siguiente encuentro;
Recuerdo cuando salías satisfecho del campo por el esfuerzo de los futbolistas que defendían tu escudo;
Recuerdo cuando Fabricio corría como nadie y ganaba todas las carreras;
Incluso no me he olvidado cuando Bouldini marcaba goles válidos el año pasado;
Recuerdo cuando Pedro López era nuestro lateral derecho y no el entrenador suplente;
Recuerdo cuando no echábamos la culpa de las derrotas al árbitro y al VAR;
Recuerdo cuando había un cierto nivel de exigencia dentro del club;
Recuerdo cuando el Levante sabía a qué jugaba;
Recuerdo cuando los jugadores tenían carácter en el césped, orgullo y amor propio;
Recuerdo cuando había una buena gestión deportiva;
Recuerdo cuando no existía VAR y celebrabas los goles tranquilamente;
Recuerdo cuando disfrutábamos de un derbi en Valencia;
Recuerdo cuando podías bromear con los vecinos sobre la rivalidad entre la chotera y “la charca”;
Recordamos el pasado con añoranza ante un presente nublado. Solo nos queda anhelar que el futuro inmediato del final de Liga nos traiga un milagro. O no.
Recuerdo cuando, hace apenas un año, hacíamos cábalas sobre si ganábamos el siguiente partido todavía podría meternos en ascenso directo porque los rivales habían pinchado… y volvíamos a fallar. Una temporada después seguimos igual, esperando a ver si todavía conseguimos entrar en el playoff por demérito de los demás;
Recuerdo el desplazamiento a Vila-real del año pasado con las lágrimas agónicas de Iborra… y sabemos que mañana mismo cientos de granotas vamos a regresar a La Cerámica apoyando a nuestro Levante pese a todo;
En fin, solo podemos recordar el pasado con añoranza ante un presente nublado. Dicen que recordar es detenerse, tomar conciencia de la existencia. Además, el futuro no nos da recuerdos. Imposible. Por eso solo nos queda anhelar que el futuro inmediato del final de Liga nos traiga un milagro. Como tantas otras veces. Creo recordar. O no.
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